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lunes, 20 de mayo de 2013

TALLER DE ESCRITURA

Vamos a convertirnos en escritores. En primer lugar, nos convertiremos en narradores cuentistas, posteriormente, seremos poetas y por último, grandes dramaturgos.

1. Escribe un abecegrama. Consiste en escribir una narración con palabras ordenadas alfabéticamente. Se empieza por la A, se continua con la B, la C y así sucesivamente hasta la Z. Ejemplo: 

Anoche brillaron cerca, chispeantes, dos estrellas fugaces, gravitaban hermosas iluminando juntas kilométricos lugares; llevaban mágicos negros ñublos; originaban planetas que relucían surcando tenues universos, ...vertiendo wolframio, xenón y zafiros.

2. Escribe un poema acróstico. Elige una palabra ( tu nombre, un sentimiento...) y cada verso debe empezar por una letra. Las primeras letras de cada verso deben formar tu palabra escogida en vertical. Ejemplo: 



cuida que tus llaves
una gota no derramen
infórmate cómo 
detectar fugas en la casa 
acude a personas expertas para atacar 
el gran problema
lo antes posible.
ahora estamos a tiempo
ganemos la batalla
unidos venceremos
a los que desperdician el agua.



3. Lee el siguiente texto narrativo y conviértelo en un texto dramático. Usa acotaciones. 
-¡Mozalbete, has de saber una cosa – advirtió muy seriamente don Poncio, el concejal y tendero, a  Renco la mañana de su llegada a la tienda de ultramarinos- : existe una gran diferencia entre una  tienda y un hostal. ¡No nos engañemos! Esta casa, este establecimiento es una tienda; no un hostal,  ni una posada, ni un mesón. Aquí todos arrimamos el hombro y nos ganamos los garbanzos. No nos  gustan los holgazanes. Y, por lo que veo, tú habrás pasado muchas penalidades, pero tienes las  manos y los pies tan fuertes como los de cualquier otro chico de tu edad y, aunque parezcas algo  remilgado y tengas esa pinta de recadero flaco y escuchimizado, te obligaré a trabajar cono el  primero, ¿entiendes?
Renco sintió con la cabeza.
- No te asustes, que será un trabajo sencillo. Aquí se trabaja fuerte, pero nunca nadie se ha roto el  espinazo en el tajo.
Don Poncio se puso los brazos en jarras en actitud de esperar alguna palabra del chico, pero Renco no creyó oportuno decir nada. El tendero ostentaba una barriga como un bombo y una cara redonda y roja como un queso de Holanda.
- Bueno … Si no tienes nada que decir, puedes dejar la maleta en cualquier rincón y acercarte para  que te explique tu trabajo.
La Tienda era pequeña y estaba llega de sacos de grano amontonados en las paredes: tenía el techo tapado por una cortina de jamones y ristras de embutidos de todas clases, y el mostrador atestado de latas, potes y cajas. Todo aquello le daba un aspecto de cueva oscura o mazmorra y renco no sabía ni cómo darse la vuelta y mucho menos, dónde colocar la maleta para que no  se perdiera en aquel maremágnum.


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